A mis inquietudes racionales sobre la existencia de Dios un amigo, desconocido de momento, me ha escrito:
“Racionalmente hemos de concluir que Alguien inteligentísimo hizo este mundo. Basta con acercarse a la naturaleza. ¿Quién hace posible la armonía del universo? ¿Por qué una planta "sabe" cuándo tiene que florecer?...
Es racional admitir la existencia de Dios.”
Bien. Son las argumentos de San Agustín, creo ( ¿o son de Santo Tomas de Aquino?. No me acuerdo ). Ellos justifican la existencia de Dios, no la demuestran.
Pero, no olvidemos que nosotros sabemos que la planta “sabe”, porque hemos utilizado toda nuestra mente -razón, corazón, voluntad (la parte física correspondiente no me atrevo a escribirla)- para llegar a esta conclusión.
Por otra parte, ¿porqué personaliza, o lo que es lo mismo, andromorfiza mi amigo la idea del Ser?
Pone acción, movimiento, vida en un concepto que es la causa y no el efecto de la Creación. El movimiento es finito y ello es infinito, permanente. Es un misterio y debe permanecer siéndolo hasta que la mente del hombre lo comprenda, o por lo menos intuya una solución lógica.
Por otra parte la armonía del universo es una falacia si se entiende como paz. Si se entiende como orden, se autorregula por unas leyes que según parece existen y que hacen que este mundo este en continua lucha, como se observa si se acerca uno a la Naturaleza. Y decir que estas leyes son inmutables es marcarse un farol impresionante, dado que hoy sabemos que la vida, y con ella las leyes que nosotros creemos que las gobiernan son movimiento y por lo tanto cambio.
El santo que antes he citado decía:
“Para el que quiere creer, mil argumentos tengo; para el que no quiera creer, no tengo ninguno”
Esto es un hecho. Creer es un acto de fe. Y allá cada cual con la postura que haya adoptado. Pero entiendo que circunscribir el problema de la existencia del Ser solo a la esfera íntima y personal a lo más, extendida al ámbito correligionario, empobrece al individuo o más bien lo reduce, y que deberíamos hacer más lo que Jesús dijo a sus discípulos :
“Cuando os reunáis en mi nombre para hablar de mí, yo estaré entre vosotros”
Dijo: de mí, no de la idea que tengáis de mi. GRACIAS CAMINANTE